Capilla en cerrito |
De acuerdo a las crónicas, Plateros fue fundado por exploradores españoles que buscaban vetas de plata. Al parecer un 8 de octubre de 1566 descubrieron un rico yacimiento, por lo que nombraron al lugar como San Demetrio, santo que se veneraba en esa fecha.
Durante muchos años, se trabajaron las minas, de cuyos vestigios ahora se puede apreciar el cuarto de máquinas, pequeña construcción que fue trasladada de su lugar original a la cima del cerrito, para convertirse en capilla de la Santa Cruz; permanece también la chimenea, (Chacuaco) en que se fundía la piedra; y en fechas mas recientes fue rescatada una piedra de molienda que se exhibe en una pequeña explanada construida al inicio de la Calzada del Peregrino.
Cruz en cerrito |
Al agotarse el mineral, el pueblo vivió de la agricultura y ganadería, actividades difíciles en un suelo árido.
El Santuario de Plateros fue erigido en honor al Cristo de los Plateros, de cuyo origen hay varias historias.
Estudios más recientes dicen que el Conde De San Mateo (Otras versiones lo atribuyen al Marques de Aguayo) mandó traer de España la escultura de la Virgen de Atocha, quien es sus brazos tiene al niño peregrino.
Con el paso de los años, la devoción de los fieles católicos se centró en la pequeña imagen del Santo Niño de Atocha, al que se atribuyen milagros que han sido agradecidos a través de retablos o ex votos que los fieles acuden a dejar al Santuario.
Actualmente el pueblo de Plateros es visitado por miles de fieles y peregrinos.